jueves, 8 de diciembre de 2016

SUPLICIO, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

SUPLICIO

Estuve en esa silla esperándote siempre
pero nunca llegaste y ofrendaste mi vida;
yo tuve de amor infinitas sed y hambre
y siempre me negaste de venida y de ida.

Esa silla es mi banca de dolor infinito
porque ya me perdiste desde esa madrugada
y estoy aquí esperando doblado, suavecito,
para que al fin no pierda y me lleve la fregada…

Mi cariño es eterno y se alimenta de odio.
Tiene piedras de olvido y retoña cariño.
Pero pienso no ésta ¿la existencia del tedio?

Mis dudas se alimentan de mi falta orgullo
y todo me entretiene en tensión infinita
pero tal vez termine en nada: Perogrullo.

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