jueves, 28 de enero de 2016

NUBES, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón


N U B E S


Nubes en el alma de todos,
nubes que acarician el ombligo,
nubes que estropean los sueños;
sueños que se creen ombligos
nubes que se sueñan ombligos
y acarician el alma de todos.
 
Caricias como nube, nubes
como mosquitos, mosquiteros
en el atril para impedir amores
y arrepentimientos bruscos
que caen de rodillas siempre...
...atormentados por la violencia
que hay en el vecindario y en
la ciudad y en pueblos aledaños;
tormentas de celos, vagabundos
sueños que se sueñan muertos.
Muertos que están vivos, o al
menos, lo aparentan; vivos que
caen de bruces al primer beso
y azotan contra las paredes
del cadalso que se han ganado,
merecido lo tienen, bofetadas
de luz, chorros de recuerdos,
golpazos en la memoria hasta
que te acuerdes quién eres
o por qué tropezaste con esas
personas cuyos cadáveres
recojimos antier o ayer; ya no
más entuertos, alucionaciones
con nubes de algodón y pies
de plomo al tirar la basura
y tintinear tus monedas en el
pantalón o en abrigo o en la
gabardina que llevaste ayer
a la sastrería para que le
colocaran un botón de muestra.

El trabajo ilustra a las personas
eso dicen los políticos pero
ellos no lo hacen, promueven
que otros lo hagan bien, barato
y bonito...y muy de prisa; la fe
de mis mayores confronta esas
imbéciles teorías y mi creencia
las niega a pie juntillas. Por eso
y por muchas otras razones me
largo y me convierto en una
nebulosa, del siglo XXI,
nubes que se creen ombligos...
DIBUJO: Federico García Lorca.

lunes, 25 de enero de 2016

QUEMEMOS LOS LENGUAJES, Benjamín A. Araujo M.


QUEMEMOS LOS LENGUAJES

…Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú
sabes cómo te digo que te quiero cuando te digo: “qué calor hace”, “dame agua”,
“¿sabes  manejar?”, “se hizo de noche”…Entre las gentes, a un lado de tus gentes
y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”… 
Jaime Sabines

Quememos los lenguajes, agotemos la lengua, hagamos del amor idiomas imposibles. Sanemos a las palabras. Curémoslas de todos sus males. Llamemos a los sustantivos y adjetivos, que se formen, que hagan largas filas de amor y que las escuchemos hora tras hora, momento tras momento, hasta que llegue la muerte y con ellas muramos hasta que el silencio nos atrape en su enredadera. El lenguaje lateral y subversivo perviva para los “tús” y los “yos” solamente y que los demás, ajenos al amor entre tú y yo no sepan lo que hablamos. Que nuestras entendederas hagan camas de aliento y se enrosquen para hacer el amor palabra con palabra.
Quememos los lenguajes. Agotemos la lengua. Que vayan a la hoguera las palabras insignificantes, las huecas, las sinsentido, las sólocumplidoras, las vanas, las que insultan…todas aquellas palabras soeces que no aman: ¡¡¡que se quemen!!! ¡al fuego por inmundas! ¡por insanas al fuego!

Benjamín A. Araujo Mondragón
Toluca, México.
MÉXICO.

"...LADRAN, SANCHO...", Benjamín Adolfo Araujo Mondragón


"...LADRAN, SANCHO..."

Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
las viscisitudes del trueno y su prosodia;
mientras vivo y habito interjecciones,
como comas, y bebo interrogaciones...

Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
las hazañas de ayer de otros hidalgos;
mientras vivo y habito en otras vidas
logro mirar muy bien
otros ejemplos
y éticas qué seguir...

Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
las injusticias llanas de la vida;
y logro evaluar las costillas
de mis contemporáneos;
logro también vivir en otras vidas
y logro hojear y ojear
libros y libros...


Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
los atropellos que sufren pobres niños:
los golpes de adultos y de ancianos
por gente que vive de esos males...

Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
me apresuro al galope, Sancho Panza;
vámos contra Molinos de Viento
y contra molinos de injusticias:
no importando que ladren, mi buen Sancho;
¡cabalguemos!
Miremos los adjetivos chatos,
las prosodias oscuras y los torpes
aliños de los sujetos ínclitos y mudos...
Miremos y palpemos las esperanzas
horizontales y lúcidas de todas las
mañanas; los despertares nuevos,
brillantes, inusuales, plenos de luz
y de sorpresa de los atardeceres que
la vida nos da pese a todo y contra
todos los males ¡¡¡vive la esperanza
luenga y feroz; viva y palpita...!!!

AZULES, Benjamín A. Araujo M.

AZULES

Es azul tu mirada; azul es tu penar.
Azules son mis sueños,
azul es mi sufrir.
Mis recuerdos azules se ponen a dormir,
en tanto los azules me quieren detener
y los azules impedimentos me defienden
y voy por veredas azules, vendiendo
azules sueños que vuelven azul
al mundo azul, que vemos azules
en las azules olas del azul mar.
Mariposas azules en tus azules sueños...
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EL ESTERCOLERO, Benjamín A. Araujo M.

El Estercolero

UNO
Estoy en este mundo:
solo, triste, cansado
y oprimido; vengo de
donde vienen todos
los trabajadores: del
vientre de su madre.

DOS
Estoy aquí, empalmado.
Esperando que pase la
violencia ¿o ya vino a
quedarse entre nosotros
para siempre? No creo
porque la vida es algo
más que una mascarada;
algo más que un rictus
para evitar vehemencias
insensatas, algo menos
que un trago de tequila
y un grito con un mariachi
a un lado: para machos
dormidos por la tele;
y empezando su comic
los domingos sin padre,
sin madre, huérfanos
ya de hermanos y de
amigos, vociferantes
todos reclamando
derechos ya vencidos
y gritando proclamas
desvencijadas, oxidadas,
muy lentas, o muy veloces
más que una carrera...
la carrera es la vida.


TRES
Quiero dormir despierto
para que alejen ya lodo
de mis oídos y despierte
en paz con los sepultureros
y los enterradores y los
jueces y los abogados
y todos los que venden,
vociferan y gritan,
por el estercolero de la patria.

Benjamín A. Araujo Mondragón.
Toluca, México.
Mayo de 2015.


martes, 19 de enero de 2016

PARA ALFONSINA, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

PARA ALFONSINA

Benjamín A. Araujo Mondragón
Toluca, México. MÉXICO.

Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
Y así como en tus cuentos, no está mal;
Un rayo a tiempo y se acabó la feria...
Alfonsina Storni
Llega la calma con las olas del mar.
Alfonsina está yerta y siguió a Quiroga
como lo prometió, ola tras ola;
esperamos sus versos tranquilos y
ceñudos; el coraje y la rabia son un
oficio propio para los que padecen
y enseñan a los otros a soportar
dolores y castigos inhóspitos.

La mar y Alfonsina son una sola casa:
sus voces nos añoran y cantan tristes
cantos de melancolía ajena; y propio
es su destino caluroso y tenaz, fuerte
es el castigo; y dolores de cáncer van
y vienen: se van como las olas del mar.
Bien sabes Alfonsina que nada resucita:
pues: Las cosas que mueren jamás resucitan, 
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!
 


Adiós Alfonsina, te digo adiós amiga.
Pero un día nos veremos entre versos
y ruinas de esta civilización nuestra
que yace aquí muy triste porque bien
que lo sabes que un día todo acabará:
Llegará un día en que la raza humana 
Se habrá secado como planta vana,

Y el viejo sol en el espacio sea
Carbón inútil de apagada tea.