lunes, 27 de octubre de 2014

EL MAR, TRABAJO LENTO, Benjamín A. Araujo Mondragón

El mar hace un trabajo húmedo, profundo, lento
en las entrañas de tu corazón;
el mar habita mis confines y me ahoga,
me baña por doquier y me humedece
me lleva a sus profundidades para que entienda
un poco qué es la eternidad y el infinito...
El mar hace un trabajo lento y fuerte
en las cavidades de tu corazón;
logra vivir tus playas y las vuelve pez
logra morir tus islas y las hace memoria
confía en las tempestades y al huracán
lo vuelve ola para que se pasee por tus piernas
y consigue anidar en el fondo profundo
de tus sentimientos, lavando tus rencores.
El mar vive por siempre y provoca vida
en su derredor, para habitarlo todo;
miremos al mar y veamos que aún hay esperanza.

martes, 21 de octubre de 2014

MIASMAS *, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

MIASMAS *




Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
Sube a purificarte al aire superior
Y apura, como un noble y divino licor,
La luz clara que inunda los límpidos espacios.
Charles Baudelaire



Ten paz en tu alma Charles, ten paz hermano y calma.
Todo lo que requieres se te dará por siempre y lograrás
tener calmado el corazón ya sin haschisch, ni láudano,
ni opio, correr con calma ante la belleza de la música y/ de la mujer amada
correr ante el amor de la madre, libre de padrastros
y de enfermedades venéreas; sólo dedicado a la poesía,
ya sin vino ni ética burguesa represora y enigmática…

Vasto fuiste en todo. En la aventura, en el amor,
en el sexo, en el licor, en la amistad, en las letras
pero sobre todo en la vida:
vasto como la noche y la claridad
vastedad, la de tu alma, vastedad de ese siglo XIX
que viviste como ser del futuro, incomprendido
por tu madre y sus amores siempre, siempre…

Amistad con letras, grande amistad la tuya
que te hizo traductor de Edgar Alan, y otros,
pero sobre todo de Poe, con quien te identificaste
hasta su muerte, toda muerte es temprana,


Esta es una mujer de rotunda cadera
Que permite en el vino mojar su cabellera,
Las garras del amor, las mismas del granito.
Se ríe de la muerte y la depravación,
Y, a pesar de su fuerte poder de destrucción.
Las dos han respetado hasta ahora, en verdad,
De su cuerpo alto y firme la altiva majestad.
Charles Baudelasire.


toda muerte es tardía, destrucción del amor,
depravación es falta de ímpetu por la vía,
la vía de la extinción, la altiva majestad
del cuerpo y sus deseos…del cuerpo, del deseo.




*A Charles Baudelaire (1821-1867)

jueves, 16 de octubre de 2014

INICIOS, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

INICIOS

Todo inicio es normal,
si dudamos,
si tropezamos,
si damos saltos y brincos;
si damos maromas,
si hacemos cabriolas;
lo importante es avanzar
lograr dar pasos
en este fangoso camino
de año nuevo.

Iniciar es importante
aunque la brújula
no afinemos;
pero lo malo sería
quedarse como estatuas
de sal;
varados en el fango:
sin destino alguno:
¡¡¡caminemos!!!


Un día sabremos
lo supongo
que destino tomar
pero no hagamos
las estatuas de marfil
con nuestras vidas.

martes, 14 de octubre de 2014

HOMENAJE A LOS POETAS VIRTUALES, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

Son, son, locos de corazón
asceta, asceta, asceta...
aparece ahora un poeta
y toma lápiz con fuerza
repleto de sentimientos
para escribir a los vientos
todo lo que ha sentido;
quiere cambiar este mundo
por otro ya en paralelo
pero el poeta virtual
se queda triste y muy quedo
pide a Dios que lo aparezcan
para ya no ser virtual...

jueves, 9 de octubre de 2014

SOY Y NO SOY, Benjamín Araujo

SOY Y NO SOY
Octubre 9, 2014.


Estoy a punto de llegar a verte. Ardo en deseos de tomar tus manos y de acariciarte. No tengo dudas de que te amo. Sigo mis pasos, pensando en tí. No abandono tu imagen hasta que llego a tu casa. Toco el timbre. Abren la puerta y entro. Pero de pronto, estando frente a tu persona. Inexplicablemente me entran unos deseos enormes de matarte.

¡Y lo hago! A punta de golpes arremeto contra tu vida. te sangro. 

Todo pasó muy de prisa. No lo entiendo.

¡¡¡¿Cómo fue que te maté?!!!

Estoy arrepentido. Ya en mi celda. He confesado todo. Lo he contado ante el juez con todo detalle.

El juez me envió al psiquiatra. Y el psiquiatra me confinó a este hospital donde espero rehabilitarme, desde hace ya largos diez años.

Pero ahora tiemblo ante la incertidumbre. Soy y no soy.

Soy y no soy. ¿Soy? ¿No soy?...

¿Saldré de aquí algún día...?


lunes, 6 de octubre de 2014

CANTO SENSATO, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

CANTO SENSATO

Cantemos al amor siempre cantemos;
el porvenir sabrá premiarnos con la dicha
y habrá de exterminar todo lo que tememos
y logrará por fin darnos la paz y una ficha
alegre y confiada para que nos amemos
y logremos llenar el mundo con la dicha
común del universo y no nos ataquemos…

Quiero pensar muy bien, con sensatez y paz
para poderte dar todo lo que deseas
y darme así fuerza para ser ya capaz
y todo lo positivo a tu alcance veas.

Deseo ser competente, idóneo, preparado
para ver en tus ojos la luz que te rodea.


jueves, 2 de octubre de 2014

INVIDENTES, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón

Eran un hato de familiares. Un familión muy grande, acaso más de setecientos, según decían las viejas del pueblo. Se trataba de los Medina, que así les llamaba toda la gente. Los Medina, decían eran ciegos a cierta edad pues, comentaban, solían casarse entre parientes. 
Y así sucedía muy frecuentemente en ese enorme atado progenies de San Jeremías, mi pueblo natal. Doña Jovita, por ejemplo, la abuela de todos ellos no era ciega de nacimiento. Había perdido la vista hacía cosa de más de treinta años, acaso cuarenta, y ya rebasaba los noventa de edad. Pero todo erl mundo comentaba con un dejo de admiración que su oído era finísimo, al grado tal que reconocía a todos sus vecinos y otra buena parte de esa población, sólo por el ruído de sus pisadas. Un día mi tía Esther, que vivía aledaña a doña Jovita, quiso hacerle una broma -acaso fastidiada porque la Abuela de los Medina siempre la saludaba antes de que ella emitiera la mínima voz-: Esther cambió su manera de andar, pidió prestados unos zapatos y, no conforme con ese par de patrañas, se subió a unos zancos. Pero doña Jovita exclamó casi inmediato: "Esther: ¡qué haces montada en esos palos...no te vayas a caer...!!"...y Esther del susto se cayó al piso...
Eso sucedía con todos los Medina. Una vez rebasados los cincuenta años de edad, y en algunos casos menos frecuentes desde los cuarenta, las personas, hombre o mujer, iban perdiendo la vista. Y no se sabe de que ninguno de ellos haya querido darse a la tarea de indagar el por qué por vía médica...