domingo, 30 de octubre de 2011

VIENTOS DEL PUEBLO

A MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942)


VIENTOS DEL PUEBLO

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
Miguel Hernández.


Tus recuerdos ya me llevan,
corriendo por la pradera
para gritar los dolores de gente
como tu gente; de gente como nosotros…

Tus dolores no son nuevos son dolores muy añejos,
que de tanto apacentarse ya se nos volvieron viejos,
y de tanto presumirse, ya se volvieron bronca,
pues son males de la gente, que son sociales y ronca…

Tus pasos me hacen cantar cuando recito tus coplas,
y me llevan a bailar, con arpegios populares,
para saber de tus cuitas, hay que mamar de tus coplas,
y esconderse tras la puerta, detrás de los lupanares…



Miguel, te estimo, te quiero, te alabo tu poesía,
pues tengo un dolor adentro que sólo con letra sale
aunque eso no sea remedio para el mal que nos acedia
y ojalá mi canto quede, como homenaje y ¡te vale!


Ay, el rincón de tu vientre;
el callejón de tu carne:
el callejón sin salida
donde agonicé una tarde.
Miguel Hernández

Tus pasos, son paso firme,
donde el ritmo se agradece,
y es que te leo antes de irme
a mecer, en tus versos, y me mece…

Quiero tener puño firme,
no blandengue y que no crece,
para escribirle a mi amada
todo lo que se merece.

Verso, habla, recita y lee
pero díselo muy fuerte
para que lo sepa Hernández
y se lo cuente a Miguel.

Sigo tus pasos, poeta,
por las calles de los libros,
sigo tu vuelo, saeta,
para aprender tus requiebros.

Sigo, miro, y no comprendo,
porque resulta te leo, y leo,
pero no te aprendo
por más que veo, leo y veo.

jueves, 27 de octubre de 2011

martes, 25 de octubre de 2011

N A C E R



Quiero nacer tres veces, otra vez,
nacer y revivir cada momento,
poder pasear los ojos por la vida
y recordarlo todo, y saborearlo;
poder pasear como recién nacido,
poder pasear como elemento nuevo
en un horizonte siempre vivo...

Quiero tener un soplo de inteligencia
en el corazón para hacer el bien
en todo momento, como ave de tempestades
al revés: siempre dispuesto a reconocer,
reconocerme y reconocer a los demás...

Quiero tener un ritmo mañanero,
al despertar sin deudas con el sueño
ni presiones sin par al mediodía...

Quiero ser otra vez como renuevo
que nazca con el sol de la mañana
y me apoden sol, luna o asteroide,
o alba humanizado por la brisa;
poder aspirar las dudas y recobrar
las señas...

UNO

Quiero querer pero no puedo nada
quiero nadar pero no existe el agua;
quiero querer pero no quiero nada
puedo querer pero no mojo a nadie...

DOS

Estoy aquí, plantado en este bosque,
como promesa que espera todo y nada.
Estoy aquí pero tropiezo en lodo
al respirar me vienen nubes en los ojos...

TRES

Quiero querer y quiero poder,
deseo querer, puedo poder...

CUATRO

Una nube oscura, muy negra,
se tiende al horizonte;
una nube nos tapa lo que viene:
son las vísperas, creo, del
gran fracaso...la humanidad
se hunde muy de prisa...

miércoles, 19 de octubre de 2011

domingo, 16 de octubre de 2011

A WALTH WITHMAN


"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
Walth Withman

HOMENAJE A WITHMAN

Abre tus ojos grandes, vuélvelos a la vida,
maestro de maestros, poeta de infinitas voces
y sonidos agudos sobre problemas graves.

Eres tú una réplica exacta de tus antecesores:
sabes solfear sin música,
caminar sin pies
y ver sin ojos;
eres exacto amigo, eres preciso,
como un reloj Big Ben…
eres la precisión para saber de migas y diretes,
eres la exactitud para saber de abismos y de alturas…
eres tú, Walth, amigo, maestro de maestros…
el único que supo condenar a la estrofa
y poner acento preciso en el verso libre…

Hojas de hierba en tu mirada,
hojas de hierba en tu respiración,
tus pasos signados por la hierba,
no sabían, ni imaginaban,
que tendrían como seguidores
a gente grande, como:
Rubén Dario,
León Felipe,
Federico García Lorca,
Jorge Luis Borges,
Wallace Stevens,
Allen Ginsberg,
a Neruda, a Lawrence, a Elliot o a Pessoa y sus ramas…

Podríamos decirte, hoy,
a la distancia del tiempo:
¡Oh capitán, oh, capitán
¿por qué nos abandonas cuando la marea es alta?
Oh, capitán, oh capitán,
¿por qué nos dejas a expensas del mar revuelto
y de la tempestad?

Oh capitán:
tú bien sabes, como amigo y maestro,
pero sobre todo como poeta
que la pobreza es extrema
si no se atiende el alma;
que la miseria es una cadena
si no se acude al oxígeno de la lectura.
Bien, muy bien que lo sabes, Walter querido,
Mi camarada amigo, maestro de tropelías
en las letras…

Walter, enséñanos a vivir,
de pie, ante los problemas;
enséñalos a respirar ante las tempestades…
enséñanos a leer la Biblia
con ojos de poeta;
enséñanos a mirar a todos
sin prejuicios
y a comer los platos esenciales
de la sexualidad,
sin cubiertos, ni arneses…

Y, qué suenen tambores…
a duelo por tu muerte;
que suenen para atajar
las voces del silencio.
Qué suenen, suenen fuerte,
tambores de poesía,
por todo el mundo y por todo el planeta,
para acallar infernos silenciosos
que atentan contra la poesía,
y ¡contra tu memoria!

En tu nombre, Walter,
pidamos paz al mundo,
para que la necrosis no domina e invada
todo espacio pudiente…


Pidamos paz y oremos,
oremos con la poesía de
de nuestros corazones,
inflamados de amor por el mundo que es triste,
por el mundo que vaga,
sin abrigo y sin dueño,
como navegando a la deriva…

Canta a ti mismo, Walter,
canta a los oídos de todos los humanos.

sábado, 15 de octubre de 2011

jueves, 13 de octubre de 2011



Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
las viscisitudes del trueno y su prosodia;
mientras vivo y habito interjecciones,
como comas, y bebo interrogaciones...






Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
las hazañas de ayer de otros hidalgos;
mientras vivo y habito en otras vidas
logro mirar muy bien
otros ejemplos
y éticas qué seguir...





Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
las injusticias llanas de la vida;
y logro evaluar las costillas
de mis contemporáneos;
logro también vivir en otras vidas
y logro hojear y ojear
libros y libros...





Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
los atropellos que sufren pobres niños:
los golpes de adultos y de ancianos
por gente que vivo de esos males...

Mientras vivo y contemplo,
muy despacio,
me apresuro al galope, Sancho Panza;
vámos contra Molinos de Viento
y contra molinos de injusticias:
no importando que ladren, mi buen Sancho;
¡cabalguemos!

miércoles, 12 de octubre de 2011

martes, 11 de octubre de 2011

M O R T A J A

Hemos de venir a menos,
cuando la montaña
deje que le alcancemos.

Mañana,
resulta un homenaje,
al apetito y la maña.

Sumemos.
Todo lo que hacemos aquí,
puede contar,
al momento en que
nos lleve el viento.

La mortaja prometida
es volver al viento.

El fuego habita
estancias de la
eternidad.

Pero la tierra es
pasajera:
volveremos al cielo,
que es de agua.

Compañeros peces,
hermanos acuáticos
de la eternidad.


(DEL LIBRO VAIVÉN, 1998)

domingo, 9 de octubre de 2011

sábado, 8 de octubre de 2011

INTIMIDAD

Atila canta, reza Hitler, musita Pinochet, todos reímos. Hace el amor Julio César, come insaciable Jesucristo, se tira un pedo Alfonsina: nos miramos los unos a los otros. El desconcierto es mayor cuando Siddartha aplaude. Jean Paul Sartre, en un rincón de esa amplia sala, retuerce la boca, tira al piso sus lentes y en pleno mohín, da la espalda a los demás, sentado en el piso, para rayar con un bolígrafo, página a página, un libro de Sòren Kierkergard.

La tormenta, allá afuera, ha pasado. Dentro sólo lo puede adivinar cada cual...y en veces...ni eso...


*Del libro Vaivén, 1998.
Instituto Mexiquense de Cultura.
Colección Cuadernos de Malinalco, No. 35.